Normalmente no aporto datos de mi equipo fotográfico por no hacer una inmerecida publicidad a empresas que ya nos cobran lo suyo por los productos que compramos, pero hoy sí os voy a hablar de Canon para explicaros a qué se dedican sus ingenieros.
Cuando compré mi flamante réflex digital de gama baja me "regalaron" con ella una impresora Canon Selphy CP 740. ¡hostia qué bien!, me dije yo... y pasó el tiempo sin que la desembalara. Claro, como decimos por el sur, era mucho peo pal mulo eso de hacer fotos y además imprimirlas, así que me dispuse a aprender a fotografiar.
La afición me ha llegado a obesionar y ahora quiero tener copias de las fotos que más me llenan, aunque no sean las mejores, pero topamos con un muro de hormigón, el del color. Sí, eso, que no existe, que si las longitudes de onda, que si la retina, el monitor, el editor, el espacio, el perfil y ese tedioso etcétera.
Después de más de ¡seis meses! buscando en foros la solución a los problemas de dominancias de color que Canon se niega a darme, alguien muy generoso ha creado un perfil a partir de la misma impre que la mía, y ¡tachán! He conseguido la primera copia decente. Es más, hasta he comprobado que el monitor que tengo es bastante fiable.
Ahora llega lo bueno. Esta tarde andaba yo imprimiendo una copia de una fotografía reciente cuando la impresora, hambrienta de papel, se traga también la película de color de los cartuchos. Deciros que tales cartuchos no son de tinta, pues la impresora es de sublimación. Como veo que el rollo sale por la parte de detrás y que ha llegado a mi pantalla el aviso de obstrucción, tiro de la manta hasta que se rompe y se queda todo en estado de coma, es decir, no sale el resto de la película, no puedo sacar el papel, y no puedo extraer el cartucho.
Voy corriendo al cuartillo de las herramientas. Vengo corriendo con varios destornilladores en mano y después de desenroscar los tres que están a la vista observo que hay otros cuatro embutidos en un agujero de unos cinco centímetros de profunidad, y tan solo de tres o cuatro milímetros de diámetro. Hay que desistir, no tengo destornillador tan largo y fino, y dudo mucho que lo encuentre fácilmente.
Con el "plan b" en marcha, o lo que es lo mismo, haciendo palanca con el envés de una cuchara de postre sobre el cartucho de impresión consigo hacer que la impresora, milagrosamente intacta, vomite al susodicho. Y como veo que a las malas consigo lo que quiero me ensaño con el papel y un pequeño resto de película y lo dejo todo inmaculado. Eufórico, cargo de nuevo todos los avíos en el aparato y saco (como ya he dicho) la primera copia decente en dos años y medio de convivencia con ella, sonrío y apago todos los chismes.
Todo ha salido bien a pesar del largo camino andado, pero ahora llega la evaluación de los hechos. En primer lugar pregunté a Canon cómo podía adiestrar la máquina y obtuve por respuesta una frase no apta para mayores de un año. Insistí. La respuesta ya fue más transparente: "los ingenieros de Canon trabajan duro para conseguir los mejores resultados, pero a veces surgen imperfecciones, y de ellas nace la evolución de la marca".
Así las cosas, señores lectores de este blog y futuribles consumidores de impresoras con la más avanzada tecnología de Canon: tengan todos ustedes presente que la gama Selphy de impresoras de gran calidad de Canon puede no funcionar adecuadamente puesto que los ingenieros se han esfozado escrupulosa y rigurosamente en esconder cuatro de los siete tornillos que has de quitar en caso de atasco de papel o cartucho, quedando reservado lo concerniente a perfiles de color para futuras mejoras.
Ah, y otra cosa, ironías a parte, tiene cojones que fabriquen impresoras de sublimación, que se suponen a la altura como mínimo de usuarios avanzados, y éstas traigan incrustadas un perfil único de color que sólo se entiende directamente con el jpeg de la cámara, por lo que de nada sirve disparar en Raw y editar la foto.
Como la solución pasa, casi ineludiblemente, por acudir a un profesional a que te haga un perfil de color exclusivo para la impre y yo ya he conseguido el mío, no dudéis en pedírmelo si tenéis alguno la misma máquina que yo. Y si estáis pensando comprar una, poned en marcha una comisión de investigación que rastree minuciosamente los entresijos de marcas y modelos, no vaya a ser que estén bien escondidos los dichosos tornillos.
8 comentarios:
Me lo he pasado pipa leyendo tu entrada.
Lo mejor de todo es que es posible que si hubieses encontrado destornillador y paciencia para quitar los maquiavélicos tornillitos, a lo mejor hasta te hubieses quedado sin la garantía (suponiendo que aun estuviese en vigor). En fin, lo que viene siendo el absurdo y contradictorio mundo de las marcas comerciales.
¿Para cuándo una Linux-cámara? ...
Eso quiere decir que mi copia está en marcha, je,je.
Al hilo del dicho mencionado, mi suegra, que es granaina, dice mucho "tol mundo quiere peé en botija pa que retumbe". Otra genialidad popular...
Tu copia ya está impresa, Jaime. Ha sido la primera fiel a la "realidad", pero tengo que sacarte otra porque se me ha arañado la tinta. Mañana espero enviártela.
Oddiseis, me atreví porque la garantía está extinta. Si no me planto en la sede del servicio técnico a a preguntar por los tornillos. Los que le faltan en la cabeza, claro...
Una vez más, las grandes casas comerciales, facilitándonos la vida fotográfica.Yo me la hubiese cargado, fijo!!.Un saludo y maravillosa forma de narrarlo.
Vaya, me alegro mas que nada porque ya podrás hacer copias, aunque lo que cuentas me parece que les ha pasado a mas de dos, tres o cuatro.
Un saludo!
cinco, seis, mil, dos mil...
A mí personalmente me ha pasado lo mismo y no quito el cartucho ni de coña,ni desmontando tornillos, ni nada.Pasa bastante eso de que se atasque el papel y el cartucho, ya desmonté uno y lo arreglé, porque con lo que cuestan... lo dicho.
Siempre me ha interesado el tema de la fotografía y por eso disfruto de tomar imágenes con mis camaras reflex y por eso siempre estoy con ellas para capturar bonitos paisajes
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