Alguien, seguramente muy famoso, dijo que después de la partida peón y rey van a la misma caja. En un hospital pasa algo parecido, aunque creo que alrevés. Hablo de un hospital público, claro. Cada cual a su habitación, con su camilla en puerta o ventana, su pijama, su dolencia... víctimas de una necesaria despersonalización de la realidad con la que entras... con la que estás. Al fin y al cabo todo se reduce a un ejercicio cotidiano de saneamiento conciso y a menudo demasiado somero. En un centro médico eres un número de historial clínico, un rígido protocolo del que ni celadores ni enfermeros pueden salir. Entras a un quirófano debidamente esterilizado, y cuando sales se repite la operación con el siguiente paciente (esta es la palabra más acertada de cuantas tienen que ver con el tema). Las tomas de las pastillas son cada ciertas horas, las comidas con rígida puntualidad llegan a la mesita que toda persona tiene al lado, la limpieza siempre emplea las mismas artes y formas, siempre queda el mismo rincón sin barrer ni fregar...
Cuando se tiene la suerte de salir de un hospital por cualquiera de las puertas menos por la del sótano, se acaba gran parte de ese encasillamiento y vuelves respirar el aire que gusta respirar, aunque esté contaminado. La falta de libertad, por el motivo que sea, siempre coarta y limita nuestra capacidad para sabernos felices.
Pd: que nadie piense que esta entrada tiene connotaciones negativas para con los servicios médicos. Ya hablaremos de eso en otro momento.
9 comentarios:
Bienvenido a la libertad.....
Besos
Relativa...
Se ha entendido todo perfectamente.
Saludos.
lo has contado muy bien, segun te leia iba pensando en una suerte de "cadena de montaje". todo mecanizado. este no es momento para el debate pero yo siempre he gustado de ir a la contra y no soy un ultra ni nada que se le parezca, simplemente me gusta ser "yo" individuo y ciudadano libre, igual en derechos pero diferente a todos los demas. pongo un ejemplo. En tiempos de la transicion todo el mundo buscaba su diferencia, su identidad, se luchaba por la libertad y ahora que tecnicamente somos libres, lo que hace la gente es justamente lo contrario, uniformarse en modos y maneras de vivir. Las voces de aviso de los supermercados hablan todas igual. Las azafatas utilizan el mismo tono de voz e identico lenguaje gestual una y otra vez. Todo el mundo se expresa de la misma manera, los politicos son igual de golfos a un lado que al otro...todo lineal, sin estridencias, sin que nadie se salga del guión. uff bueno, esto esta quedando largo. mil perdones por la deriva. un abrazo
Qúe malo es estar enfermo!
Cierto. Enhorabuena por tu recuperación.
Adol, el primero que se extiende soy yo, que no entiendo de límites, y los comentarios están para eso. Siéntente como en "hablar por hablar" cada vez que te dé la gana.
Estos últimos días, ando metido muchas horas en un hospital. Mi entrada de mañana habla un poco de todo esto.
Me alegro enormemente que la salida se haya producido por una de las muchas puertas que te la da la posibilidad de volver a empezar, aunque sea desde el mismo punto en que te encontrabas antes de entrar.
El mundo queremos globalizarlo pero sin perder para nada nuestros privilegios.
Qué bonito es vivir, que diría James Stewart si hubiera sobrevivido a la edad.
Un abrazo
¡Qué gusto verte de nuevo por aquí y en plena forma (eso lo digo con toda la guasa)!
Desde luego, estamos de acuerdo, mucho mejor en casa de uno, aunque sea con la pata en alto y atiborrado de calmantes, que en la habitación de un hospital. Y te lo dice uno que solo fue de visita en lo que lleva vivido (excepto para ver nacer a mi hijo, cuando lo sufrí como "paciente acompañante").
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