Canonet QL 17 G-III

Aún a riesgo de parecer cursi, seguimos aumentando los registros de la sección "Cosas de valor que no cuestan nada". Esta vez es para festejar la herencia que he recibido estos días de mis padres, que nada más casarse compraron esta joya.






Se trata de la Canonet QL17 G-III, compacta de fotómetro con un singular espejo para auxiliar el enfoque y su zapata para flash; lente fija de 40mm f1.7, rango de obturación desde 1/4 a 1/500 y bulb; todo ello fabricada hace más de treinta años. Pero los tecnicismos son lo de menos. Lo que me importa es que la tengo entre mis manos día y noche y no paro de revisarla por todos los costados, como admirando un tesoro inesperado. Por ejemplo, esta entrada la estoy escribiendo con la Canonet colgada del cuello. Jeje...

Para valorarla aún más (como si hiciera falta) el destino o lo que quiera que mande en nuestro sino, ha puesto unos hongos entre cristales que han dejado la lente muy sucia, y a buen seguro tendré que recurrir a un técnico especializado para su desmonte y reparación, lo que va a retrasar la primera vez que introduzca un carrete para ver el mundo a través de un cacharro así. Eso, si es que los dichosos hongos no se han cargado los cristales.
Cuando sustituya la pila del fotómetro podré comprobar si éste funciona, o si por el contrario me veré desasistido de tecnología, lo que me importa muy poco todavía. Estoy que no quepo en mí.



Yo soy muy sentimental, demasiado, y tal vez por eso mi añoranza ante lo que ni siquiera he conocido. Con esta cámara fue retratada mi infancia y la de mi hermana, y me hace una ilusión indescriptible poder retratar la de mi hijo y mi sobrina, como si se tratara de una tradición ancestral que esta máquina escribiera nuestra historia. ¿Es esto romanticismo?

Supongo que pasarán meses hasta que haga mis primeras fotos; entonces buscaré un medio para digitalizar las copias y compartirlas aquí. Mientras tanto voy a ir pensando si me desvirgo en blanco y negro o color, negativo o diapo, y viendo galerías de usuarios de esta máquina, pues hasta ahora lo que he visto me ha invitado a mirar mucho más. ¡Qué ansiedad!

He buscado por Internet información sobre la cámara, pero casi todo lo que he visto es de compraventa. Desde 120€ a barbaridades que sólo pueden permitirse coleccionistas sin límites crediticios. A partir de veinte mil de las antiguas pesetas, quien no tiene una full frame es porque no quiere, desde luego. Jeje...
Estas fotos las he sacado en casa, con la cámara apoyada en un taburete con la funda blanca y con la puerta de la nevera de fondo. Con el macro consigo más nitidez y mejor contraste que con el 50mm fijo, así que me alejé un poquito más y disparé ayudado del flash apuntando hacia atrás, con objeto de rebotar la luz en el techo y las paredes y no generar sombras molestas.

Por último, perdonad que esta entrada sea un caos y no haya siquiera un orden lógico en los textos, pero es que no he tenido el gusto ni de repasarla, ha sido todo corazón.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Preciosa y de un valor incalculable por muchos precios que le pongan en internet...esa y sólo esa ha pertenecido a tus padres y ha fotografiado vuestra historia. Es como una máquina del tiempo. Mímala como se merece. Ansiosa estoy por ver esas fotos, yo con la de mi padre aún no me atrevo.

Jaime dijo...

Me encantan estas viejas compactas. Ahora que estoy de mudanza ha aparecido una vieja agfamatic semi-manual que tenía una lente del caraj...
Cómprate un scaner de película (los hay económicos) y película de no más de 100 asa -50 mejor-,y dale "jarilla" a la cámara!

Angel Corrochano dijo...

Yo recuerdo la que tenía mi padre, una KodaK Brownie Fiesta. Todo plástico. Con ella comenzó mi afición a la fotografía. Tenía por aquel entonces 8 años, casi na ...
Te entiendo perfectamente Andrés, disfrútala
Un abrazo

YARRET dijo...

Muy bien descritos esos sentimientos. Hay que ver lo que mueve una cámara. Yo la he comprado hace cuatro horas.

Unknown dijo...

que tipo de negativo necesesitan? 35mm el de toda la vida