Una chica leyendo un libro en una silla, en una orilla, en una playa...

En lugar de hacer una serie he preferido mostrar en una sola entrada un ejercicio completo de composición en la playa. Ahora que es tiempo, animo a todo el mundo a probar poniéndose como meta salirse de lo extremadamente habitual. Las grandes panorámicas no funcionan, recogen mucha información que suele ser de difícil lectura y acaban siendo fotos banales, sin lugar para la evocación de sensaciones o cargas alegóricas, ni irónicas, ni nada. Yo me fijé en un objeto para desarrollar todo el reportaje, y es un buen eje para comenzar, aunque cada cual...

Voy a todas partes con cámara pero casi nunca hago fotos, no las veo. Para agilizar la visión es preciso practicar composiciones, y así lo hice en la playa. El objetivo número uno es el de siempre, disfrutar, pero ese lo consigo con sólo pensar en lo que voy a hacer. Después lógicamente, se trataba de ir más allá de la típica foto con el mar en frente. Entonces fui a remojar los pies cuando encontré a una chica leyendo un libro, en una silla en una orilla, en una playa...

La foto de arriba encuentra su punto fuerte en la sombra, porque es la que acaba por dar equilibrio, pero la presencia humana impide la orfandad de este elemento que preside la entrada. Ese equilibrio sería perfecto con algo más de peso en la esquina superior izquierda, fui demasiado conformista con el que ofrece el reflejo del agua.

En vertical encontré este jugoso reflejo (fijaros en lo bonito que queda sobre la textura ondulada de la arena) y esperé igualmente a que la niña pasara y adoptara esa forma de su caminar, pero no me interesaba ella en sí, sino la referencia que aportaría su silueta.

Aquí sucedió lo mismo, el chaval que aparece a medias me miraba con simpatía también a medias. A mí me dio lo mismo, yo prefería no interrumpir su intimidad a cambio de un servicio de presencia sugestiva. Norma que me aplico mucho: sugerir mejor que enseñar (como en otras cosas de la vida).

Aquí está la chica. Hice el intento de fotografiarla a ella también, pero la comunicación no verbal funciona y me hizo un gesto de desaprobación que acepté sin más. Así pues me situé detrás, de nuevo acudí a la sombra para equilibrar una foto que completarían otras siluetas que aportan algo de interés, pero en realidad ha quedado demasiado sosa.

Mi favorita. Es simple, pero tiene toda la información que necesito. El libro sobre la silla invita a pensar que la lectora se está refrescando en el océano, pero ha dejado la huella de unos pies que buscaban el frescor de la arena mojada frente al implacable sol. Como más me gusta, el elemento para equilibrar está presente, y es sugerido. La única pega es que se cuelan unos piececitos que podría eliminar reencuadrando, pero se trata de un ejercicio, no de ganar un premio, así que incluso al imprimirla dejaré los pies como están.

Aquí puede llegar a pensarse que la chica que pasea es la lectora que ha sido interrumpida por una llamada inesperada, pero simplemente esperé a que su paseo la trajera hasta este punto. La horizontalidad no está rota, pero no me importó. A veces estos detalles restan "sabor" a una foto al tiempo que se hace más cómoda a la vista. Es cuestión de elegir.

Renunciar a la sombra de la silla me costó. El agua que se cuela por el lateral derecho tiene la claridad suficiente para contrastar fuertemente las figuras, también contrastadas entre sí dada su posición de espaldas. Había que optar por sacar más cielo o más arena y preferí recurrir al suelo por tener más textura, aunque quizás hubiera acertado acercándome un poquito más.

El formato cuadrado se me ocurrió justo cuando vi que las trayectorias del niño y del corredor se alinearían como en el "tres en raya". La suerte de tener medida la luz con anterioridad me permitió darle un ritmo a la foto que se acrecenta por la sensación de movimiento de estos dos personajes, en contraposición a la chica leyendo un libro, en una silla, en una orilla, en una playa... para estos casos he comprobado que lo mejor es usar el centro del encuadre para recortar los extremos, que es donde se graban las limitaciones de las lentes (viñeteo, astigmatismo...). Esta foto también me gusta.

Y no podía faltar una vista más amplia. Había que buscar un primer plano que enmarcara la escena para limitar la presencia de un cielo monótono y aburrido. Volví a la sombrilla y puse el ojo en el barco que esperaba la autorización de los controladores portuarios para surcar la ría. El recorrido del agua somera rompía la horizontalidad a esquivar en toda la serie y guiaba la vista donde quería. Situar el barco entre los "pétalos" del paraguas era un acierto, pero había que esperar a que el tráfico de paseantes se ordenara decentemente. La foto ganaría si el chaval que aparece en la derecha hubiera estado más abajo, en el centro de la "península" que deja el agua, pero soy lo que soy, y es cuestión de aceptar nuestras imperfecciones.

Hasta aquí dio de sí este ejercicio de composiciones a partir de una silla. El próximo día quizás sea una pelota, una caracola, una sombrilla o un dominguero, aunque cabe destacar que la gente va a la playa a relajarse y un fotógrafo merodeando se puede cosiderar un intruso capaz de romper el sosiego buscado. A ver...





Pd: todas las fotos están tomadas con un objetivo fijo 50mm.

5 comentarios:

Oddiseis dijo...

Personalmente yo soy un obsesivo de los juegos con la profundidad de campo y con los focos de interés. Quizás por eso la última foto y las que se centran en la tumbona y sus "efectos" son las que mas me gustan. Pero echo de menos los desenfoques, que yo creo que le aportan mucho de "humanidad", de experiencia viva.

Se me han puesto los pelos de punta; esto que digo es como si un Kung Fú adolescente adoctrinase sobre artes marciales a su tutor shaolin ... las collejas sobrevuelan amenazadoras ;)

ercanito dijo...

Las collejas no sobrevolarán, tranquilo. Ya iré subiendo algo por aquí.

El foco selectivo no es fácil sacando cielo en la playa si no es muy temprano o tarde. A la hora que hice esas fotos a iso 100 y f1.8 tendría que disparar a 1/6000s, y bien sabes que nuestra cámara no abarca tanta velocidad.

De todos modos, lo bonito es protagonizar la experiencia, más allá de resultados. Anda, anímate!

. dijo...

hermosa serie, con el frío que está haciendo en mi Buenos Aires, me dan ganas de estar alli disfrutando esa preciosa playa

un saludo cordial :)

ercanito dijo...

Es lo que tiene el planeta. Por aquí tocará frío cuando tu Buenos Aires tenga tiempo de playa. Disfruta, que el invierno también tiene encanto.

. dijo...

asi es, me encanta el invierno, pero esas fotos tentaban a una zambullida :)