Hedonismo fotográfico

De no ser por el viento habría disparado a f 8.0 ó más para evitar el desenfoque de algunas ramitas, pero eso podría haberme distraído de mi principal objetivo, que no era otro que el de disfrutar de la pasión. La búsqueda del placer a través de la fotografía ha llegado a provocarme tal bienestar que pese a dormir poco y mal por condicionantes familiares justificadísimos soy capaz de levantarme sonriendo incluso antes de lavarme la cara porque voy a hacer fotos.

Pasó un sábado. Entraba a trabajar a las diez y antes de acostarme afiné el despertador a las 7:30. Un par de molestos pitidos me recordaron que era la hora, pero no la de luchar contra rigores y obligaciones cotidianos. Era el momento de evadirme, de hacer fotografía. Tomado el café, me vestí con cuatro trapos viejos, pues sabía muy bien dónde iba a meterme. Trípode a la espalda, me dispuse a jugar al "fotógrafo de antes" así que nada de zoom, ni flashes, ni automatismos de ningún tipo. Focal fija y a currarse las composiciones.

A quince pasos de la cancela de casa comienza el Paraje Natural Marismas del Odiel, y a veinte ya piso el barro que deja la bajamar. Contaba sólo con una hora para recoger la cosecha, por lo que decidí hacer pocas fotos disfrutando al máximo cada una de ellas. Cada intento, cada disparo, cada visualización y cada composición es un pequeño estallido de alegría que estira la piel y me quita esa cara de sonámbulo. Con los zapatos llenos de lodo, en busca de las primeras flores de brezo encontré este generoso gasterópodo, quien me brindó más gozo que el café con las dos tostadas de pan de horno de leña. Vacilé lo suyo, investigué los puntos de vista más estéticos, busqué a conciencia algunos elementos que desenfocar en segundos planos, divagué ante la posibilidad de jugar con el movimiento que proporcionaba la brisa marina, y cuando no pude moverme más por el hundimiento total del inapropiado calzado tomé esta foto como un deportista toma la medalla de oro, con la sensación placentera de haber rentabilizado el madrugón. Las tomas y el paseo posterior sólo contribuyeron a caminar con la cabeza alta y a dilatar la euforia de haber logrado el objetivo: el HEDONISMO FOTOGRÁFICO. Da igual hacer una foto buena, lo que importa es el deleite personal de hacer lo que te gusta, aunque uno no es tonto y si sale algo decente mejor que mejor.

Pasada la racha en que trataba de hacer buenas las malas fotos con absurdos procesados, ahora, y espero que en adelnte también, el hedonismo fotográfico lo encuentro en la composición y en revelar el Raw en ACR. Así que, nada de filtros, plugins, ni tutoriales, sólo fotografía ¿A qué esperas para encontrar el Hedonismo fotográfico?.


"Hedonismo Fotográfico" no se refiere a la consecución de una buena foto, pues la que muestro no lo es, sino al disfrute de despejar la X en una ecuación dónde los datos dados son el encuadre, exposición, tonos, fondos, luces, sombras, profundidad de campo... y el resultado hacer fotografía por puro placer.


Al Maestro Gallego, por iniciarme en el mundo de la macrofotografía.

10 comentarios:

Unknown dijo...

El placer por fotografiar está siempre por encima de todo. El simple razonamiento de querer hacer una toma y tomarse su tiempo, como quien saborea una copa de vino o simplemente cierra los ojos por el aroma que desprende la hierba mojada, hace de la imagen conseguida algo sublime para nosotros.
Excelente manera de aprovechar la mañana del sabado.
Un abrazo

Martin Gallego dijo...

Si, señor Andrés, me ha gustado eso de que el resultado de la ecuación fotográfica es el puro placer....
Es la única manera de disfrutar y a la vez, sin darnos cuenta, hacer fotos como sólo uno mismo sabe hacer. Crear estilo, vamos.
Para lo bueno y para lo malo.
Un abrazo.

PD: La entrada de mañana creo que te gustará....

Javier Peña dijo...

Me alegra haber descubierto este rincón de la fotografía por medio de Martín Gallego, lo seguiré, me parece interesante.
Gracias por mostrarlo y felicidades.
Javier

Cris (V/N) dijo...

Me encanta como cuentas tu pasión, me siento identificada, sólo que mis resultados no son ni de lejos tan espectaculares como los tuyos, felicidades, un trabajo magnífico :) Besos

Angel Corrochano dijo...

Andrés creo sinceramente que has descrito con suma perfección el placer de la fotografía, ese encuentro casi con lo divino y lo humano y esa liberación de ataduras que produce el placer de buscar un motivo, y fotografiarlo para intentar que por sí sólo, nos hable de él y su entorno, de su razón de ser y lo que le hace único para merecerse la instantánea.
Y creo que lo has logrado.
Un abrazo

Unknown dijo...

tudo o que nos rodeia convida-nos a fotografar; quando se está mais atento, conseguem-se fotos assim! :)

ercanito dijo...

Jan: cierto lo de la copa de vino y el olor del la hierba. Le pongo otro: cuando el campo huele a mojado. Mil gracias por pasar.

Martín: has dado en el clavo, porque ése es el otro fin que persigo, el de encontrar mi estilo fotográfico.

Javier: me alegro de que te guste el blog. Considérate en tu casa.

Cris: los resultados llegarán. Mis fotos no son impresionantes, ni perfeccionistas, ni sorprendentes ni profesionales... pero en año y medio de afición ya hay una abismo entre mis primeras fotos y las actuales.

Ángel: esto es como certificar lo que ya sabemos y algo que compartimos. Una vez sentido el hedonismo fotográfico hay que buscarlo cada vez que cojamos la cámara.

Muchas gracias a todos.

kiko esperilla dijo...

Me alegra que hayas encontrado tu camino Andrés. Comparto tu visión hedonista de la fotografia, pero he de confesar que en este caso soy promiscuo y obtengo sumo placer con otros programas. Un abrazo

ercanito dijo...

Kiko: te confesaré que a mí también me gustaría obtenerlo, pero cada vez que lo intento me desespero por mi inoperancia.

Osselin dijo...

Muy buen encuadre de diagonales.