Placebo para el alma

Están siendo días duros. En las fotografías, al igual que en la música que me acompaña en el trabajo, busco la paz interior. Remuevo mi archivo para encontrar el equilibrio, y aunque éste no llega tan sólo viendo una fotografía u oyendo a Diana Krall, ayuda. Porque hay cosas que no son sólo lo que aparentan, si no muchos más. Sugieren demasiado de lo que hay detrás como para ignorarlo, y son tan curativas como inocuas... placebo para el alma en definitiva.

Es difícil describir lo que uno siente ante la inmensidad del Atlántico, desde lo alto de un acantilado de veinte metros, siendo testigo del impacto brutal de las olas contra las rocas, como si el mismísimo Poseidón tratara de ensordecer tus oidos... Es imposible recordar los problemas y preocupaciones cotidianos. Es imposible no sucumbir a la fuerza del océano, dejarte llevar por el olor a sal, por las finas partículas de agua que acarician sutilmente tu cara, el estruendo relajante que adormece las ideas al penetrar por los tímpanos, derribar complejos con la contemplación del efímero arco iris que se repite en cada cresta que dejan en su rompiente las olas...

Acantilado en Carrapateira (Portugal)


Ante esa experiencia de ascetismo placentero vivido (y plasmado en las fotos) sólo nos faltó ejercitar el sentido del gusto, por lo que rápidamente nos miramos a la cara con la pícara sonrisa de un niño cuando se le ocurre una trastada, y en perfecta comunión con el mundo nos prometimos volver en primavera con unos bocadillos a pasar el día. Eso sí, el pequeñajo vendría esta vez con nosotros.

Arco iris sobre una ola de entre dos y tres metros.

7 comentarios:

Esther Morán dijo...

Un gusto dejarse emocionar por la visión y el olor del mar.
Que bonitas las fotos!

Nkg Fotografía dijo...

Me encanta la segunda foto...casi he podido oler la sal del mar.

Saludos!!

Angel Corrochano dijo...

El mar siempre es una evasión, como os envidio a los que vivís cerca de la costa.
Un abrazo

Unknown dijo...

Cuando estamos frente a algo tan inmenso, solo nos queda rendirle pleitesía.
Nos quedamos extasiados y el océano nos brinda escenas memorables.
Un abrazo

Oddiseis dijo...

Qué gozada la segunda foto!! Me recuerdan mucho (el texto y las fotos) al tremendo batir de las grandes olas oceánicas sobre ese peñasco enigmático que es la isla de El Hierro, en el que viví tantos buenos y malos momentos ...

altairbejar dijo...

Bonitos momentos ambos. Desde luego es un sitio para volver.

Un abrazo.

Diego Miranda Montero dijo...

Ando a la rapida, asi que solo concentrandome en las fotografias digo que esta interesante la primera, me gusta su sencillez pero a la vez esa fuerza...
Saludos