Tras esta carita inocente se esconde una niña aterradora, con la tez pálida como la cal que de noche viste camisón blanco y tatarea amenzante una canción mientras se dirige a ti saliendo entre las encinas con paso lento y decidido. Jejeje...
Así conocí a Elia, haciendo de niña del exorcista o algo parecido, metidísima en su papel, durante unos juegos nocturnos en una excursión infantil. Transparente como su mirada, noble como su hermano Ramón y alegre como poca gente. El mundo debería contar con más gente así.
7 comentarios:
En un retrato la expresión suele ser compleja incluso para una modelo profesional. A veces por mucho que se intente, nunca se ve verdad en la expresión y todo es demasiado forzado.
La imagen de Elia está llena de complicidad. Y esos instantes son tan únicos como tu deseo de que haya más personas así.
Un abrazo
Me gusta mucho su expresión y lucen muy bonitos ojos y pestañas.
Saludos.
Una mirada y una sonrisa que no dejan duda.
Saludos
Un retrato estupendo. Nada que ver con el exorcista, jje.
Saludos y buena luz.
Cuanta razón tienes Andrés, cuanta razón. Tal vez el mundo sería un lugar mejor, sin la sordidez de aquellos que se empeñan en no ver lo qué sucede y en qué situación se encuentran los más desfavorecidos ...
El retrato es muy bueno, su mirada habla de esa transparencia y deja entrever la cordialidad que comentas. Excelente Andrés.
Un abrazo
Debo reconocer que el retrato no está muy currado. Es decir, no hay preparación previa alguna. Montar una escena o estudiar un encuadre ayuda a hacer cosas bellas, pero a veces hay buscar la sencillez, sobre todo para expresar cosas sencillas y retratar gente sencilla. Los próximos retratos tendrán otra estética más particular, pero aquí lo que importaba era no caracterizar más allá de la trasparencia de Elia.
Encontraste buen ángulo y una expresión muy natural.
Saludos.
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